lunes, 15 de octubre de 2012

Goldrausch im Urwald bei den Mayangna von Sauni As?

Das kanadische Unternehmen HEMCO fördert mit moderner Technik weiterhin Gold in der Region von Bonanza. Aber in den letzten Monaten - motiviert durch den steigenden Goldpreis ? - kommen immer mehr Menschen in den Wald an die Flüsse und graben nach Gold.   
Nach diesem Zeitungsartikel holen die meisten Goldsucher die Steine aus dem Boden und liefern sie bei HEMCO ab, die dann das Material in den Mühlen weiter behandelt.
Die Goldsucher arbeiten unter erbärmlichen Bedingungen und ohne Sicherheitsmaßnahmen.
Ein Problem wird in dem Artikel nicht erwähnt: Die Zerstörung des Waldes und die Verschmutzung der Wasserresourcen mit Quecksilber sowohl durch HEMCO als auch durch die Goldsucher.

 

15 de octubre de 2012



A 200 pies bajo tierra

Bonanza, RAAN | elnuevodiario.com.ni

Güiriseros buscan riqueza bajo tierra



Los güiriseros (mineros artesanales) descienden hasta 200 pies bajo tierra para extraer la broza que contiene oro y venderla al consorcio Hemco, la empresa minera que procesa industrialmente el metal dorado para la exportación

Por Gilberto Ariel Artola | Nacionales


Güiriseros buscan riqueza bajo tierra
Dos jóvenes mineros llenan un saco de broza que será vendida a la empresa minera. GILBERTO ARTOLA / END


La capitalina Johana Correa llegó a Bonanza en busca de chatarra, sin imaginar que la fiebre del oro transformaría su vida, pasando de acopiadora de calaches a pujante “güirisera”.
Correa recuerda que al llegar a Bonanza no tenía ni dónde dormir, por lo que tuvo que pernoctar unos seis meses en la terminal de buses, sin embargo, tras insertarse en una cooperativa de pequeña minera del municipio de Bonanza, su suerte cambió, y hoy tiene casa propia y condiciones que nunca imaginó.
“La chatarrera”, como llaman popularmente a Johana Correa, es una de tantas jefas de familia que han emigrado a Bonanza, en busca mejorar su nivel de vida, sin embargo, no todas han logrado su éxito.
Y es que Bonanza se ha convertido en “La Meca” de innumerables personas originarias del interior caribeño, que llegan al municipio atraídas por la fiebre de oro, tal como ocurrió en California a mediados del siglo XIX.
A 200 pies bajo tierra
Los güiriseros (mineros artesanales) descienden hasta 200 pies bajo tierra para extraer la broza que contiene oro y venderla al consorcio Hemco, la empresa minera que procesa industrialmente el metal dorado para la exportación.
“En ocasiones hemos trabajado duro toda la semana, y no tenemos buenos resultados; lo que pasa es que tampoco ahorramos cuando nos va bien”, comentan algunos güiriseros que se quejan por las malas rachas en un trabajo tan pesado y peligroso.
Se rehusan a usar equipos de seguridad
El presidente de la Cooperativa de Mineros Artesanales (Minarbon, RL), Concepción Aráuz, dice que actualmente cuentan con 210 socios e igual número de colectivos (grupos de hasta cuatro güiriseros), pero solo un 80% está inscrito en el Seguro Social.
Aráuz enfatizó que tienen convenios con Hemco para entregarles 2,000 toneladas de broza mensualmente, ya que los mineros artesanales no tienen moliendas propias para triturar la piedra y extraer el oro y comercializarlo.
Con respecto a las condiciones en las que trabajan los mineros artesanales, el cooperativista refirió que cada socio acondiciona su área de trabajo con “ademo” (envigado de galerías subterráneas) y malacates para subir los contenedores con broza desde la profundidad de las minas hasta la superficie, pero reconoció que la mayoría trabaja sin medidas de seguridad, ya que los socios no quieren invertir, y “aunque la empresa está distribuyendo equipos se rehúsan a usarlos”, lamentó.
Pagos dilapidados
Los cooperativistas consultados por El Nuevo Diario coincidieron al afirmar que un 50% de los mineros artesanales vive en condiciones deplorables; según ellos, el salario semanal termina en las cantinas o en las máquinas tragamonedas, lo que provoca desintegración de las familias.
Sin embargo, Aráuz observó que muchas veces los pagos que obtienen del trabajo no les resuelven para cubrir todos los gastos del hogar, porque viven endeudados.
“A veces sacamos un promedio de ‘punto once’ que es el más bajo, y no subsidia los gastos, dejándonos endeudados con las pulperías, por lo que debemos esperar el próximo mes, ya que para extraer la broza de la mina se tienen que invertir no menos de C$25,000, cuando a veces nos produce C$15,000, es decir, no sacamos ni lo invertido”, explicó el minero.
Las ganancias obtenidas deben ser repartidas entre los cuatros socios que trabajan el colectivo, y cada uno obtiene una ganancia de unos C$7,000 semanalmente si les va bien.
En Bonanza existen alrededor de 2,000 mineros artesanales, la mayoría hombres. En el resto del Triángulo Minero (Rosita y Siuna) no se tienen cifras, pero se estima que es menor de los que se concentran en Bonanza, ya que los planteles de procesamiento del oro se encuentran en este municipio.
Actualmente, Hemco trabaja con dos cooperativas: Mineros Artesanales de Bonanza (Minarbon), con 210 afiliados, y la Cooperativa de Pequeños Mineros (Coopemin), con 170.
“También trabajamos con una Asociación de Pequeños Mineros Artesanales (Aspemina), que cuenta con 30 socios, quienes procesan su propia broza en 17 pequeños beneficios artesanales”, informó Aráuz.
Los mineros dicen que por parte del Gobierno central no reciben ningún tipo de ayuda o asesoramiento.

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